Lic. Rafael Winter (Rufo) para CCIU
El 27 de enero es la fecha
en la cual, en su momento, las Naciones Unidas decretaron el "Día para
la Recordación del Holocausto”, con todas las implicancias que ello
tiene. Ese día fue el elegido pues, en tal fecha del año 1945, el Campo
de Concentración de Auschwitz fue liberado.
El Holocausto tuvo
lugar dentro del contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) en
la cual murieron decenas de millones de personas.
No
podemos de ninguna manera olvidar que, como consecuencia de la
"ideología" racista del nazismo (mas que ideología el nazismo fue -sigue
siendo- un crimen) fueron víctimas selectas los gitanos, los
discapacitados, los homosexuales, los presos políticos, y muchos otros.
Pero
es en el exterminio del pueblo judío que los nazis apuntaron todas sus
baterías. La historiadora Lucy Dawidovicz tituló su libro "the war
against the jews", es decir:"La Guerra contra los judíos".
Seis
Millones de judíos, entre los cuales un millón y medio de niños y
adolescentes fue aniquilado. Pero no solo que se los trató
despiadadamente. En el caso del pueblo judío, el objetivo fue
exterminarlo en su totalidad. La Conferencia de Wansee del año 1942,
finalmente termina de organizar y sistematizar un crimen que ya había
comenzado con la invasión nazi de Polonia al comenzar la Segunda Guerra
Mundial.
Fue esta conflagración la que le dio
al nazismo la posibilidad de materializar el exterminio. Lo que los
nazis llamaron de manera eufemística "Solución Final”. No podría haber
ocurrido sin una guerra total, si los nazis se hubieran circunscripto
solamente a Alemania y no hubiesen ampliado su así llamado "espacio
vital".
Ampliar el espacio vital era uno de los
objetivos del nazismo. El otro fue, como ya dijimos, la aniquilación
total de un pueblo entero, el pueblo judío.
La Segunda Guerra
Mundial tuvo pues para los nazis un doble objetivo, no siempre
considerado por analistas e historiadores. Sin desmedro, como también
fue expresado, de las demás millones de víctimas de la insanía y
barbarie nazi. Por todo esto es fundamental
no olvidar, recordar y educar.
En
el marco de horror que significó la Shoah, también hubo Gvura
(resistencia, heroísmo), ya sea abierta o encubierta, pasiva o activa.
Vaya si la hubo. En las horas más trágicas los judíos lucharon dentro de
sus posibilidades, de una manera encomiable, desesperada, casi
increíble.
Sobre las paredes de una Sinagoga en el Ghetto de
Varsovia se encontró esta inscripción: "Los judíos no pierden la
esperanza, no se rinden”. En una Sinagoga de Colonia, Alemania,
encontramos escrito:"Creo en el sol aun cuando no está brillando, creo
en el amor aun cuando no lo siento, creo en D"os aun cuando El esta
callado".
Cuando se habla, escribe, sobre
resistencia y heroísmo, más allá de los muchos, muchísimos casos que
hubo en ciudades, aldeas, bosques, ghettos y hasta campos de
concentración, la misma se focaliza en un episodio: la Rebelión del
Ghetto de Varsovia. La cual comenzó el 19 de abril de 1943(semana de
Pesaj en su momento) y este año, por lo tanto, se cumplirán setenta
años de la misma.
Y cuando nos referimos a la
Rebelión del Ghetto de Varsovia-una de las páginas más gloriosas en la
larga historia del pueblo judío-es la figura del Comandante Mordejai
Anielewicz la que constituye un emblema de tan memorable acto de
resistencia y rebelión.
El 23 de abril de 1943, el comandante
Mordejai Anielewicz, en pleno Ghetto de Varsovia, en la breve pausa del
combate, se tomó el tiempo para escribir entre otros conceptos"...no
tengo suficientes palabras para describir las condiciones en que viven
ahora los judíos del Ghetto.
Solo algunos
podrán, tal vez, resistir esos sufrimientos, el resto habrá de morir
tarde o temprano, su suerte está echada....es posible que suceda un
milagro y algún día nos volvamos a ver...lo dudo...He cumplido con la
última aspiración de mi vida.
La resistencia judía es una realidad. Soy feliz por haber sido uno de los primeros combatientes judíos del Ghetto.".
La
rebelión del Ghetto de Varsovia fue en realidad el primer acto de
resistencia popular armada en la Europa ocupada por los nazis.
Pero
la lucha de sus combatientes no fue solamente por el pueblo judío y
por su supervivencia. Lo fue también por el honor y en defensa de la
dignidad humana. Es parte de las grandes luchas en defensa de los
valores de la humanidad.
Concluyo citando
textual partes de un fragmento del Editorial del diario "Clarín" de
Buenos Aires, escrito el 25 de enero de 1995,10 años antes de que las
Naciones Unidas institucionalizaran el día 27 de enero que estamos
recordando.
Dice, entre otros conceptos,
que:"los grandes crímenes colectivos de la historia empalidecen frente a
esta masacre contemporánea...la necesidad de reflexionar sin pausa
sobre las causas y condiciones de lo ocurrido, tal vez no desaparezca
nunca. Hay que estar siempre en guardia para que no se repita, ni
siquiera amenace con repetirse una tragedia semejante".
Para que no se repita-además de por supuesto no olvidar y recordar-el mejor "antídoto" (si es que lo hay) es la EDUCACIÓN.
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