El diario "The New York Times" lo destacó esta semana en un artículo
El consumo de carne de res en Argentina
bajó tanto que cayó de su percha como el principal consumidor per capita
de carne de res en el mundo, título por el cual están peleando
rancheros argentinos para recuperar de su diminuto vecino, Uruguay.

The New York Times
Una gruesa lonja de lomo de res alimentada con pasto
escurriendo sus propios jugos: argentinos y uruguayos consideran un
derecho de nacimiento que debe gozarse con regularidad, a grado tal que
un presidente en los años 90 se quejó en diálogo con una revista
estadounidense: "Dígale a sus lectores que no vengan a mi país si son
vegetarianos`". Sin embargo, los gustos cambian.
Razones
El consumo de carne de res en este coloso de la carne
roja ha bajado tanto a lo largo de las décadas que los productores lo
perdieron ante su vecino, el Uruguay. En otro sobresalto, un estudio
advirtió que el número de pizzerías pronto podría superar al de
restaurantes de carnes en la capital porteña, la ciudad de Buenos Aires.
"Estamos presenciando un descenso histórico en
nuestra industria de la carne de res", dijo Ernesto Ambrosetti,
economista en jefe de la Sociedad Rural de Argentina, la mayor
asociación agrícola del país. "Ahora nuestros vecinos más pequeños,
Paraguay y Uruguay, nos han superado" en las filas de exportadores.
Como si eso no fuera suficiente para sacudir la
psiquis nacional, Argentina cayó al onceavo lugar, detrás de países como
Nueva Zelanda y México, en la clasificación mundial de exportadores de
res este año, impulsando solemnes reacciones entre las que se contó una
publicada en un importante diario, declarando que era "el final de un
reinado".
"En este momento, vivimos inmersos en la vergüenza",
dijo el escritor Diego Vecino en un reciente artículo de 4.000 palabras
en una revista que exploró el menguante consumo de carne de res. "En los
últimos años, nuestra identidad nacional ha sido sacudida como nunca
antes", lamentó. "Persiste el ritual de la parrillada, pero en muchos
casos bajo el brillo kitsch de una experiencia retro".
Estilo de vida
Es difícil exagerar la centralidad del bife para el
estilo de vida rioplatense durante más de un siglo. Novelas y poemas
exaltan el arte de la ganadería sobre las vastas praderas, desde hace
mucho un punto de referencia del orgullo regional, orgullo que ambos
países en los márgenes del Río de la Plata se disputan.
Los argentinos consumieron aproximadamente 56,7
kilogramos de carne de res por persona el año pasado, mientras en
Uruguay la ingesta durante 2012 se ubicó en 98 kilos per capita
(superando por mucho a los estadounidenses, que alcanzaron apenas 25,3
kilos). Sin dudas, el nivel de Argentina palidece comparado con sus 97, 6
kilos por cada hombre mujer y niño, alcanzados en 1956 (fue su nivel
más alto).
Cafés en sus ciudades capitales rebosan de comensales
dándose un festín con filetes acompañados de copas de vino malbec o
tannat. A la hora del almuerzo, aún es posible ver cuadrillas de
construcción preparando lonjas de bife en parrillas improvisadas, al
tiempo que el ahumado olor de este ritual permea sus sitios laborales.
Las razones varían para estos bajos niveles en la
capital porteña. Los precios de la carne han subido con la inflación y
los ganaderos arguyen que los controles de precios del gobierno,
(enfocados en impedir que caiga más el consumo de carne de res), han
sembrado destrucción al volver costoso el mantenimiento de los grandes
rodeos. Otros, con la mirada puesta en la creciente demanda china de
granos a lo largo de la década pasada, dicen que sencillamente es más
lucrativo el cultivo de soja que la cría de ganado vacuno.
Funcionarios gubernamentales arguyen que sus políticas
enfocadas a darle impulso al consumo de carne de res, incluidas
restricciones de exportación y controles de precios enfocados a volverla
más accesible, están revirtiendo la marea. De hecho, el consumo interno
se recuperó ligeramente respecto de 2011.
Pero algunos ven los descensos más recientes como
prueba de un cambio en el paradigma: muchos argentinos sencillamente
están optando por una dieta más variada. Este cambio se refleja en una
creciente demanda de alimentos como aves, pasta y pizza; una mayor
conciencia de los riesgos de salud asociados con el consumo de carne
roja; e incluso el surgimiento de un ambiente insurgente de comida
vegetariana.
"El consumo de carne es amenazado por tendencias
modernas de comida saludable, principalmente la exaltación de lo natural
y lo ecológico, estimulando el consumo de vegetales", advertía el
Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina en un informe
publicado de 2006.
En Buenos Aires Verde, restaurante vegetariano con
un diseño en tonos de colores naranja pastel y verde lima, los
comensales pueden elegir entre opciones como hamburguesa de arroz y
frijoles, o canelones hechos con frutas deshidratadas y semillas de
lino. "Los argentinos cambiaron", dijo sonriente Mauro Massimino, de 33
años de edad, vegetariano y dueño del restaurante.
La cifra
56,7
Fueron los kilos de carne per capita consumidos en Argentina durante 2012, mientras en Uruguay la cifra llegó a los 98 kilos.
JAJAJA NO PUEDO CON MI URUGUAYEZ Aunque vivo en Israel.....Aca soñamos con comer un asadito a la uruguaya ya que cuando llega aca parece zapatilla, aunque vemos en las cajas que viene de frigorificos de Uruguay.....pero no es lo mismo
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